Teniendo en cuenta ciertos datos como el peso del animal y la cantidad de kilos que aumenta por día, se pueden esperar ciertas estadísticas de consumo. Si luego ese animal mide distinto a lo que creíamos, se da un diferencial de consumo entre lo que uno esperaría que haga con lo que efectivamente hace. Esto es el consumo residual o RFI (Residual Feed Intake).
Aunque parezca un contrasentido, los valores negativos de consumo residual son los deseables, porque un RFI negativo nos dice que el animal come menos de lo esperado para producir lo mismo.
El animal con RFI más negativo o más bajo probablemente tenga una índice de conversión de alimento a peso menor, o sea una eficiencia de conversión mayor.
Para esto, es importante ir ajustando lo que antes era un manejo casi de grupo, de manada, de lote. No quiere decir que tengamos que administrar cada animal en particular, pero probablemente ser más precisos sirva para ordenar algunos puntos clave del proceso. “A mí me parece que un salto que va a dar la ganadería es con el registro individual” comentó el ingeniero. En relación con esto, Pordomingo aconsejó comenzar por ponerle a las vacas algún caravaneo, ya sea electrónico o no, pero ordenado para tener más información sobre el individuo.
“Sería interesante encontrar los individuos que comen menos de lo esperado pero que a su vez aumentan más que el promedio en ese grupo” dijo Aníbal. La precisión de la ganadería y el ordenamiento de la variabilidad entraría en juego si pudiéramos lograr que eso se transmita genéticamente a sus descendientes. La mejora viene porque hay un ordenamiento y un seguimiento de los individuos.
Van apareciendo cada vez más herramientas, algunas todavía algo complejas pero que van haciendo posible un mayor seguimiento de los individuos con mayor automaticidad y mayor gestión remota.
Monitores de aguadas, antenas y paneles solares para bombear agua, ecografías de área de bife, de espesor de grasa, de contenido intramuscular, entre otros, son algunos de los ejemplos más destacados. El ingeniero cree que con el correr del tiempo más tecnologías se sumarán a los procesos ganaderos.
“Yo creo que la ganadería transita hacia un modelo que no es solamente un apilado de disciplinas donde le vamos sumando capas, como a veces estudiábamos en el pasado. Los sistemas ganaderos actuales y los que vamos a ver en el futuro son más dinámicos. Son procesos todo el tiempo interactivos. Para mí el mundo de la ganadería 4.0 no es solamente incorporar electrónica, es un mundo de gestionar datos. Hay que saber qué hay que medir y no puede crecer sin medir” comentó Pordomingo.
En lo que respecta a sugerencias para empezar a incorporarse a este ciclo de ganadería de precisión, Aníbal destacó el hecho de mostrar el origen y la historia de los animales. “Si uno mira cuáles son los mejores terneros en un remate, no necesariamente son los que ese día son los más bonitos, sino que hay mucho del campo que le dio origen a ese ternero, de la historia de toda esa genética” explicó.
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